Thursday 10 February 2011

• Probando con fuego


En octubre de 1991, un fuego destruyó 2.500 hogares en las cercanías de Oakland, California. Cuando los devastados dueños regresaron y sacudieron los negros residuos, descubrieron que todas sus posesiones habían quedado reducidas a hollín. Sin embargo, un hombre y su hija hallaron un diminuto conejo de porcelana.

Se maravillaron al ver que un objeto tan frágil hubiera permanecido intacto. Otras víctimas de la catástrofe también hallaron artículos de barro y porcelana que de alguna forma desafiaron el fuego consumidor.

El domingo posterior al desastre, el párroco de esa comunidad colocó en un altar improvisado un florero que no se había roto, que fue lo único que logró recuperar de su iglesia.

El sacerdote preguntó a la feligresía: «¿Saben por qué está este florero aquí todavía y el altar no?» Se contestó su propia pregunta diciendo: «Porque esto ya había pasado por el fuego antes.»

¿Pueden las terribles pruebas de la vida terminar siendo una bendición?

Las pruebas difíciles pueden ser muy dolorosas, pero si las soportamos, se puede salir del horno ardiente más pura y más fuerte que antes.

EL FUEGO REFINA EL ORO; LA ADVERSIDAD REFINA AL HOMBRE.


(Desconozco su autor)